EL HOMBRE DE LA MULTITUD (1840) O LA DESGRACIA DE NO PODER ESTAR SOLO
Edgar Allan Poe se sumerge en un laberinto urbano donde la individualidad se disuelve en la masa anónima. «El hombre de la multitud» es un relato corto publicado en 1840. Se desarrolla en una cafetería en Londres donde el narrador permanece sentado. Mira hacia afuera y se siente fascinado por la multitud que atraviesa las calles. Se pregunta, ¿cómo es que la gente se piensa sola si hay una gran densidad de gente alrededor?
El individuo en la sociedad moderna
El narrador se toma su tiempo para observar a las personas que pasan por allí. Las mete, una a una, en categorías: modestas jóvenes, prostitutas, borrachos, «pasteleros, recaderos, cargadores de carbón, barrenderos, organilleros, domadores de monos, vendedores de canciones, artistas andrajosos y obreros».
Al caer la noche, un hombre capta la atención del narrador. Intrigado, sale de la cafetería para seguirlo. El hombre misterioso conduce al narrador de un lugar a otro, sin apartarse de la multitud de personas. La persecución dura toda la noche y se extiende hasta la mañana siguiente. Agotado, el narrador se rinde. Concluye que aquel hombre es el genio detrás de un verdadero crimen: el anonimato.
El hombre incategorizable
Al inicio del cuento, Poe da una pista sobre el sentido del cuento: el narrador recuerda un viejo libro alemán que no se deja leer, er lässt sich nicht lesen. Lo que es más, contempla que hay secretos que no se dejan contar y misterios que no se dejan revelar. El hombre de la multitud guarda uno de esos secretos; por ello, el narrador toma el papel de un detective y le sigue obsesivamente.
El secreto es la gracia de pertenecer a la multitud, de ser incategorizable. El hombre que se niega a estar solo, aquel que únicamente es en tanto forma parte del tumulto, representa, para Poe, el individuo aterrorizante de la urbe moderna. El narrador se aterra ante la incapacidad de encontrar lo singular en lo múltiple; él espera ver en el hombre misterioso la desgracia de no poder estar solo; sin embargo, se sorprende al ver la dicha con la que el hombre acepta esta condena.
La urbe es el espacio del anonimato
El relato teje un espacio despersonalizado. De este modo, Poe construye una visión inquietante de la ciudad. La urbe es el lugar donde las vidas se entrecruzan sin tocarse en realidad. Este laberinto del anonimato es muestra del desarraigo y el aislamiento individual, un escenario complaciente con la soledad moderna. El autor gótico explora el profundo temor a la soledad y la alienación.